El Zapato Perdido...

¿Donde está? El día anterior los deje ahí, guardados como siempre en mi guardarropa. Eran mis zapatos favoritos , pero extrañamente sólo hay uno.

La pregunta que se hizo Marianne ese día podría ser de lo más trivial y alguien le diría: pero si solo es un par de zapatos y no encontraste uno, por ahí debe estar. Pero Marianne estaba desconsolada eran "sus favoritos", no los que solía usar para ir a trabajar. Los busco por debajo de la cama, le pregunto a su mamá si lo había visto, pero nada. Luego le pregunto a la señora que les iba a hacer el aseo una vez por semana y tampoco obtuvo respuesta positiva.

Revolvió el guardarropa una otra vez como para convencerse que su zapato no estaba ahí, pero "¿a quién le va a servir un sólo zapato? " se preguntaba, o "¿quién sería tan malo como para esconderlo?". En fin no veía la luz al final del túnel, rompió a llorar de rabia e impotencia y, poco a poco se fue calmando, su mamá le dijo: que esto no era el fin del mundo y que pronto lo encontraría o ella le compraría unos nuevos.

Luego, ya resignada de su pérdida Marianne se fue a trabajar, le comento a sus compañeras de trabajo lo sucedido y de como no lo había encontrado. De pronto, una de ellas le dijo algo que la dejo sorprendida " Marianne no te acuerdas que ayer los trajiste para mostrármelos y los dejaste en tú casillero, y yo creo que saliste tan apurada que no te diste cuenta de que sólo llevabas uno, toma aquí está el otro". Marianne respiro aliviada, "menos mal que lo encontré, ya lo daba por perdido, muchas gracias". Parece que de ahora en adelante Marianne va a tener que estar más atenta en donde deja sus cosas para no tener esté tipo de experiencias nunca más, aunque sólo sea "EL ZAPATO PÉRDIDO".